La semilla del proyecto
Cualquier persona que haya nacido en España en los años 70 ha pasado gran parte de su infancia o adolescencia metido en una sala recreativa rodeado de máquinas de videojuegos. Por desgracia, la mayor parte del tiempo que uno pasaba en estos antros celestiales se dedicaba a mirar cómo otros jugaban, porque el presupuesto no daba para más que algunas partidas sueltas. Uno debía elegir cuidadosamente la máquina en la que invertir los escasos ahorros, para lo que se hacía muy importante tener información de lo que te ibas a encontrar: número de fases, dificultad, duración media de la partida, trucos para matar enemigos finales y cualquier información que sirviera para maximizar el tiempo de juego que la máquina podría ofrecernos por cinco duros.Nada iguala la excitación que se siente delante de una de estas máquinas. |
El tiempo pasaba rápido en las salas recreativas, y pronto terminaron los 80 y llegaron la universidad, las novias, los trabajos, las hipotecas y la vida seria. Tantos años tratando de arañar cinco duros para irse al recreativo, y ahora que uno empieza a ganar un poco de dinero lo emplea en gilipolleces como cortinas, muebles de baño o electrodomésticos inútiles.
Adormecido en tu sofá de pequeño burgués, los días pasan y el recuerdo de las partidas de Donkey Kong o Commando se va quedando atrás, expulsada de tus pensamientos, que tienen cosas más importantes a las que dedicar su tiempo, como pasar la ITV del coche, buscar zapatos para la boda compromiso a la que tienes que ir o bajar a la reunión de vecinos donde se toma la importante decisión del color de los toldos.
Sin embargo, un día ocurre que descubres que otra vida es posible, que aquellas viejas máquinas, diseñadas para soportar los arrebatos de ira de adolescentes frustrados por la muerte injusta de su personaje, siguen vivas y dispuestas a seguir ofreciendo tardes de gloria a esos viejos adolescentes convertidos en títeres de Ikea, si es que estos se toman la molestia de plantarse y dedicar un minuto a buscar la razón por la cual dejaron de divertirse jugando a los videojuegos. Ese día, basta una sencilla búsqueda en Google para abrir las puertas de un nuevo mundo lleno de gente nostálgica y jugona que ha dado un paso que tú ni siquiera soñaste dar: tener tu propia máquina recreativa en casa.
¿Qué es Pac-maca project?
Pac-Maca project no pretende ser más que un tutorial de apoyo a todo aquel que, como sus autores, tuvieron una vez la ilusión de hacer realidad su sueño de tener una máquina recreativa (¡¡¡como las de antes!!!) en su propia casa.Esta idea había sido desde mi adolescencia, época en al que gastaba mis ahorros en los recreativos jugando al tetris, un sueño que durante mucho tiempo pensé que jamás llegaría a realizar.
Como esta me dejé unas pocas... |
El tetris, el juego perfecto. Para mi, una auténtica obsesión. |
Yo misma me dejé acorralar por la objeción típica de que no tenía espacio para un cacharro de semejante magnitud. Por eso, cuando Pedro me propuso comenzar con el proyecto de hacer una maca nosotros mismos no lo dudé un momento. La propuesta iba mucho más allá de la realización de un sueño para mí. Mi ilusión hasta entonces había sido tener una maca y me enfrentaba a la posibilidad, no solo de tenerla, sino de hacerla yo misma. Una pasada.
Como veréis, aunque esta experiencia esté vestida de explicación técnica no deja de ser el relato de una vivencia personal y el testimonio de que no hay que renunciar a las ilusiones simplemente porque no sean comunes al resto de los mortales. Al fin y al cabo los sueños están para cumplirlos, ¿no?
Pues adelante.
Pues adelante.
La objeción
Antes de comenzar con los primeros pasos me gustaría echar un capote a todo el que crea que no puede tener una máquina recreativa. Para eso lo que voy a hacer es acabar con la principal objeción con la que creo que se encuentra la mayoría de la gente:
- No tengo sitio para meter una máquina de estas --> FALSO
Una máquina recreativa ocupa menos que los siguientes muebles:
- Un mueble bar
- Una coqueta
- Un armario
- Una vitrina (llena de vajilla que nunca se usa)
- Una mesa de salón
- Un recibidor
Y me direis... ya, pero es que todos esos muebles los necesito, la maca no. Bueno... es una opinión tan válida como discutible y, como no voy a discutir, os diré que ninguno de ellos os va a dar tantas satisfacciones como vuestra maca. Os lo puedo asegurar.
2 comentarios:
La verdad que no vendría mal un índice de contenido de este blog.... porque me lo he leido ya 2 veces, y ahora que quiero ver de nuevo la pagina tal y cual.... lo tengo que navegar entero de nuevo....
Un índice, please !!
Ahí lo llevas...
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