El panel de control es uno de los elementos más importantes de la máquina y merece por ello un capítulo aparte.
Como el resto del mueble, las piezas que forman el panel de control estaban en un estado lamentable, especialmente las piezas electrónicas y el cableado. Al igual que pasó con el monitor, Javi también se había deshecho de gran parte del cableado, incluyendo la interfaz JAMMA. Después de tomar algunas medidas que más tarde nos serían útiles, desmontamos el panel. Consiste básicamente en una pieza de metal en forma de L, preparada para resistir los envites más salvajes, sobre la que se sitúa una pieza de igual tamaño, a modo de forro, hecha de metacrilato, que contiene la decoración. La pieza metálica está unida al mueble mediante una bisagra que permite desplazarlo como si se tratara de una puerta.
El mando va unido a la pieza metálica del panel mediante cuatro tornillos. Sin embargo, debido a que compramos un mando nuevo para sustituir al antiguo, los agujeros no coincidían con los tornillos. Estos tornillos estaban fijados al panel mediante una placa soldada, por lo que tuvimos que recurrir a la fuerza bruta para deshacernos de ellos.
Como se puede comprobar en las fotos, la pieza de hierro del panel pedía una restauración a gritos (la pieza de metacrilato sería descartada totalmente y sustituida por una nueva). Un buen lavado, lijado y un par de capas de pintura después, la pieza parecía otra.
Una vez arreglada la pieza metálica, el siguiente paso era la pieza de metacrilato que la recubre y que sirve para decorarla y darle un acabado profesional. Como se puede imaginar, esta pieza hay que hacerla completamente a medida, puesto que buscar un recambio que encaje exactamente con el modelo del mueble (de principio de los ochenta), era una utopía. Para ello lo que hicimos fue comprar un trozo de metacrilato en Leroy Merlín y pedir que nos cortaran una pieza rectangular del tamaño exacto que tenía la pieza original. Existen metacrilatos de diferentes grosores, por lo que hay que decidirse por uno que no sea ni demasiado grande ni demasiado pequeño.
Una vez en casa, y después de mucho medir, hicimos todos los agujeros necesarios: dos para los mandos, ocho para los botones y varios para los tornillos de sujeción. Esta operación era bastante delicada, porque todos los agujeros debían coincidir con los de la pieza de metal; no podíamos permitirnos equivocarnos ni en un milímetro porque eso podría hacer que alguno de los botones o tornillos no encajara. Nos llevó bastante tiempo, pero tanto empeño valió la pena. ¡Todo encajaba!
Después de hacer los agujeros nos quedaba la operación de doblar el metacrilato en forma de L para que se adaptara a la pieza metálica. Para ello usamos una pistola de aire caliente de las que se usan para quitar la pintura vieja. Como el metacrilato no era muy grueso, bastaron unos minutos para concluir la operación. Con el calor, el plástico se ablanda y cae por su propio peso para adaptarse como un guante a la pieza de metal.
Finalmente, lijamos todos y cada uno de los agujeros para eliminar las virutas de plástico derretido que dejó la broca al hacer los agujeros. Otra tarea que requirió mucha paciencia pero que también mereció la pena.
El siguiente paso ya era poner los nuevos mandos y botones. Desde el principio quisimos que la máquina sería un homenaje a los clásicos arcades de los años ochenta, y nos pareció que el más representativo era el Pac-man, por eso decidimos que la decoración estaría inspirada en la máquina original. Como no teníamos experiencia moviéndonos por tiendas especializadas, no fue fácil encontrar unos mandos y botones similares a los usados por la máquina original. Los encontramos en ArcadeShop, una tienda online donde también pudimos comprar un adaptador para poder conectar los mandos al PC a través del puerto USB.
El proceso de colocar los botones, los mandos, los microinterruptores y todo el cableado no tiene ningún secreto. Solo hay que tener un poco de paciencia e ir conectado componentes poco a poco siguiendo las instrucciones incluidas en el adaptador.
Antes de hacer toda la instalación de botones y mandos tuvimos que pegar el vinilo adhesivo con la decoración del panel, pero trataremos más a fondo el tema del diseño en otro post. Estas fotos son solo un adelanto de como quedó el panel después de todo el proceso de restauración.
Ya teníamos listo el panel, una de las partes más difíciles del reto de restaurar la máquina recreativa porque incluía la restauración del metal, la creación del metacrilato a medida, la búsqueda y compra del mando y los botones, el cableado y conexión con el PC y la decoración inspirada en el panel de control de la máquina de Pac-man original. No fue sencillo, pero viendo el resultado, el esfuerzo había merecido la pena con creces.
Como el resto del mueble, las piezas que forman el panel de control estaban en un estado lamentable, especialmente las piezas electrónicas y el cableado. Al igual que pasó con el monitor, Javi también se había deshecho de gran parte del cableado, incluyendo la interfaz JAMMA. Después de tomar algunas medidas que más tarde nos serían útiles, desmontamos el panel. Consiste básicamente en una pieza de metal en forma de L, preparada para resistir los envites más salvajes, sobre la que se sitúa una pieza de igual tamaño, a modo de forro, hecha de metacrilato, que contiene la decoración. La pieza metálica está unida al mueble mediante una bisagra que permite desplazarlo como si se tratara de una puerta.
Las medidas nos ayudarán a la hora de hacer el diseño de la decoración. |
Se puede comprobar que el estado de las piezas era bastante penoso. |
El óxido casi acaba con la pieza metálica. |
El mando va unido a la pieza metálica del panel mediante cuatro tornillos. Sin embargo, debido a que compramos un mando nuevo para sustituir al antiguo, los agujeros no coincidían con los tornillos. Estos tornillos estaban fijados al panel mediante una placa soldada, por lo que tuvimos que recurrir a la fuerza bruta para deshacernos de ellos.
Los tornillos que se usaban para sujetar los mandos. |
Desafortunadamente, los tornillos no encajaban en los agujeros del nuevo mando. |
Como se puede comprobar en las fotos, la pieza de hierro del panel pedía una restauración a gritos (la pieza de metacrilato sería descartada totalmente y sustituida por una nueva). Un buen lavado, lijado y un par de capas de pintura después, la pieza parecía otra.
Tuvimos que cambiar el agua como siete veces. ¡No dejada de salir mugre! |
Con la lima pudimos quitar casi toda la parte oxidada. |
Haciendo palanca con un destornillador y a base de martillazos, eliminamos los tornillos de los mandos... |
...y con el taladro y brocas para metal hicimos nuevos agujeros a medida de los nuevos mandos. |
Para el panel usamos la misma pintura que para el resto del mueble. Una todoterrenos. |
Aunque esta pieza queda oculta, no es lo mismo tenerla estropeada que restaurada. |
Una vez arreglada la pieza metálica, el siguiente paso era la pieza de metacrilato que la recubre y que sirve para decorarla y darle un acabado profesional. Como se puede imaginar, esta pieza hay que hacerla completamente a medida, puesto que buscar un recambio que encaje exactamente con el modelo del mueble (de principio de los ochenta), era una utopía. Para ello lo que hicimos fue comprar un trozo de metacrilato en Leroy Merlín y pedir que nos cortaran una pieza rectangular del tamaño exacto que tenía la pieza original. Existen metacrilatos de diferentes grosores, por lo que hay que decidirse por uno que no sea ni demasiado grande ni demasiado pequeño.
Una vez en casa, y después de mucho medir, hicimos todos los agujeros necesarios: dos para los mandos, ocho para los botones y varios para los tornillos de sujeción. Esta operación era bastante delicada, porque todos los agujeros debían coincidir con los de la pieza de metal; no podíamos permitirnos equivocarnos ni en un milímetro porque eso podría hacer que alguno de los botones o tornillos no encajara. Nos llevó bastante tiempo, pero tanto empeño valió la pena. ¡Todo encajaba!
Inés usando una pequeña pieza en forma de moneda como plantilla de los agujeros de los botones. |
La misma broca de 30 mm que usamos para el mueble nos sirvió para el metacrilato. |
Aunque teníamos nuestra dudas, el metacrilato no se resquebrajó al hacer el agujero. |
¡Los agujeros encajan! Como se comprueba, cambiamos un botón de sitio. |
Después de hacer los agujeros nos quedaba la operación de doblar el metacrilato en forma de L para que se adaptara a la pieza metálica. Para ello usamos una pistola de aire caliente de las que se usan para quitar la pintura vieja. Como el metacrilato no era muy grueso, bastaron unos minutos para concluir la operación. Con el calor, el plástico se ablanda y cae por su propio peso para adaptarse como un guante a la pieza de metal.
Finalmente, lijamos todos y cada uno de los agujeros para eliminar las virutas de plástico derretido que dejó la broca al hacer los agujeros. Otra tarea que requirió mucha paciencia pero que también mereció la pena.
Viendo la cara de Inés, parece divertido calentar metacrilato. |
Usamos una lima de uñas por miedo a que una lija de papel rayara la pieza, que es delicadísima. |
El siguiente paso ya era poner los nuevos mandos y botones. Desde el principio quisimos que la máquina sería un homenaje a los clásicos arcades de los años ochenta, y nos pareció que el más representativo era el Pac-man, por eso decidimos que la decoración estaría inspirada en la máquina original. Como no teníamos experiencia moviéndonos por tiendas especializadas, no fue fácil encontrar unos mandos y botones similares a los usados por la máquina original. Los encontramos en ArcadeShop, una tienda online donde también pudimos comprar un adaptador para poder conectar los mandos al PC a través del puerto USB.
El proceso de compra fue rápido y limpio, aunque no precisamente barato. |
El proceso de colocar los botones, los mandos, los microinterruptores y todo el cableado no tiene ningún secreto. Solo hay que tener un poco de paciencia e ir conectado componentes poco a poco siguiendo las instrucciones incluidas en el adaptador.
Aspecto de la parte interior del panel antes de enchufar los cables. |
Al fondo se aprecia el circuito impreso al que van todos los botones y del que sale un cable USB. |
Antes de hacer toda la instalación de botones y mandos tuvimos que pegar el vinilo adhesivo con la decoración del panel, pero trataremos más a fondo el tema del diseño en otro post. Estas fotos son solo un adelanto de como quedó el panel después de todo el proceso de restauración.
Cuando le di la vuelta al panel y vimos cómo quedó, se nos saltaron las lágrimas de emoción. |
¿No es precioso? |
¡Para comérselo! |
Ya teníamos listo el panel, una de las partes más difíciles del reto de restaurar la máquina recreativa porque incluía la restauración del metal, la creación del metacrilato a medida, la búsqueda y compra del mando y los botones, el cableado y conexión con el PC y la decoración inspirada en el panel de control de la máquina de Pac-man original. No fue sencillo, pero viendo el resultado, el esfuerzo había merecido la pena con creces.
2 comentarios:
Si, que si ....
Que Javi se deshizo del JAMMA, de los cables... y de toda la mugre gigantesca que había en el interior....
La placa JAMMA era negra de la mugre que tenía... los cables, en algunos sitios tenía color... pero el predominante era el negro...
Las pelusas eran del tamaño de pelotas de tenis....
Cuando terminé de vaciar la máquina, tenía las manos negras y los antebrazos....
Sinceramente, no creo que en ese estado, el monitor arcade original funcionara... no lo probé... por lo que no lo puedo asegurar.... pero el estado era de pena... como todo su interior.
Pero que sí.... que lo tiré a la basura, y fué un sacrilegio.... lo sé.
La próxima placa JAMMA que caiga en mis manos, te la regalo.
Javi, sabes que a ti te lo perdonamos todo...
Publicar un comentario