El sonido

Una de las ventajas que ofrece el televisor sobre el monitor arcade es que ya incluye el sonido. De la placa principal que colgaba de la pantalla salen unos cables que solo hay que conectar a los altavoces (que ya venían incorporados en el mueble) y listo. Este sistema también tenía sus pegas, como que para subir y bajar el volumen íbamos a necesitar el mando a distancia, cosa que no nos acababa de convencer.

Los dos pares de cables blanco-rojo y blanco-azul son los destinados al sonido.

Sin embargo, nuestras dudas quedaron despejadas cuando un buen día comprobamos que el sonido del televisor había dejado de funcionar, así que tuvimos que recurrir al plan B, que consistía en comprar unos altavoces de ordenador, destriparlos para quedarnos con las piezas esenciales y empalmar todos los cables necesarios para sacar el sonido directamente del ordenador.

Los altavoces de ordenador más baratos que pudimos encontrar.

¿Tienes estrés? Cómprate unos altavoces, coge unos alicates y deja volar tu imaginación...

La necesidad de destrozar literalmente los altavoces venía porque la única pieza que realmente necesitábamos era la placa madre con sus correspondientes cables, incluyendo el potenciómetro (la ruedita que se usa para dar y quitar volumen). Estaba bien protegida la muy puñetera.

El corazón de los altavoces, única pieza que realmente necesitábamos.

Una vez terminada la fina operación quirúrgica, ya teníamos la pieza principal de la que salía un cable USB que habría que enchufar al ordenador central y dos pares de cables, cada uno de los cuales debía ir, una vez alargados, a cada uno de los altavoces originales que traía el mueble.

El único escollo que encontramos tuvo que ver con la ruedecita del volumen. Esa pieza no encajaba correctamente debido a que la madera era demasiado gruesa. Es decir, la placa del sonido debía quedar oculta dentro del mueble, pero la ruedita, lógicamente, debía quedar por fuera. Sin embargo, debido al grosor de la madera, era imposible conectarlos.

La pieza que debía sobresalir para poder conectar la ruedita del volumen era demasiado corta.

La solución que ideamos fue alargar el cilindro donde debía encajarse la rueda de volumen de forma que sobresaliera del mueble. Después de barajar varias soluciones nos decantamos por un boli BIC de los de toda la vida. El cuerpo del boli tiene prácticamente el mismo grosor que el cilindro del potenciómetro (solo hubo que ensancharlo un poco aplicándole calor con un mechero). Como se ve en las imágenes, un extremo del boli encaja en el cilindro y el otro extremo (el más fino) sobresale lo suficiente como para poder conectarle la ruedita.

Taladramos la madera, conectamos el boli al cilindro del potenciómetro y sacamos el boli por el agujero.

Ya teníamos espacio de sobra para conectar la ruedita del volumen.

Como es lógico, recortamos el boli a la medida exacta, quitando todo el sobrante para que la rueda de volumen quedara pegada a la madera. Finalmente, fijamos la placa a la madera y ya teníamos el sistema de sonido casi listo (solo faltaba conectar los altavoces).

Para fijar la placa usamos un par de sujetacables de esos de cable de antena.

La rueda de volumen, fácilmente accesible en la parte superior, pero discretamente oculta al tiempo.

La conexión de los cables fue muy simple. Los propios altavoces originales funcionaban perfectamente, así que solo tuvimos que añadir una presillas a los cables y hacer clic.

Altavoces instalados, sonido listo.

Si bien teníamos clavada la espina de no poder usar el monitor original, al menos sí que pudimos reutilizar los altavoces y poder disfrutar del auténtico sonido de máquina recreativa. Probablemente no sea el sonido más limpio del mundo, pero es un sonido que inmediatamente te trae viejos recuerdos y te hace viajar al pasado, a una época en la que no se necesitaba ni el 5.1 ni el Full HD para poder disfrutar de una tarde de videojuegos.

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